miércoles, 8 de abril de 2009

Cuento.

Allí estaba la niña limpiando mientras la madrastra y las hermanastras se vestían para la fiesta del príncipe.
Al oír que se retiraban, la sirvienta, muy bella por cierto, escapó de la casa sabiendo que la buecarían para mandarla a un campo de trabajo forzoso.
Al salir vio un camino amarillo y decidió seguirlo.
En su andanza se cruzó un animal gigante, horrendo, una bestia, pero ella no se asustó, vio en su cara la bondad y siguieron juntos la huida.
A lo lejos vieron un barco, en él un muchacho hermoso con su perro de pelo largo, en el mar cerca del barco se asomaba un enorme tridente.
esa imagen fue interrumpida por un grito de horror, siguiedo el ruido encontraron una mujer agonizando, en su cuello una mordida profunda de un gran perro que pasó rápidamente como una sombra delande de ellos.
La hermosa historia que venían viviendo tomó un vuelco oscuro, una vuelta por el lado del terror.
Decidieron volver al camino para llegar a algún lugar lejos de su anterior vida, caminaron despacio, sin hacer ruido para no ser descubiertos, como si llevaran un caparazón pesado sobre ellos, temiendo qué los acecharía, con qué podrían encontrarse esta vez.

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